Es el momento de reflexionar en qué proyectos prioritarios vamos a invertir – escuelas, hospitales, agua potable, diversificación económica – para que cada sol de este récord se traduzca en bienestar tangible para la población.
La bonanza actual no durará para siempre. Es momento de invertir en un legado durable: diversificar la economía más allá de la minería, fortalecer la educación, impulsar otras industrias y obras de infraestructura que sostengan el bienestar a largo plazo. Aprovechar la bonanza de hoy para sembrar el desarrollo del futuro debe ser la meta.
